Hoy, he tenido el pesar de levantarme de mi cama recibiendo una mala noticia: Romelio Martinez, uno de los bateadores de poder más grandes de la pelota cubano se nos ha ido.
A mi mente llega enseguida mis recuerdos de como supe de él. Cuando comencé a jugar pelota y a practicarla, ya de una manera seria y consistente, tenía 9 años, y era muy alto pero también gordito. Mi entrenador, el ya fallecido Juan Bregio, me comenzó a llamar: ‘’Alfre-Romelio’’, decía el, que era porque yo le recordaba a ese ídolo del pueblo de Bejucal, en el desaparecido municipio de la Habana. Al principio me moleste. Yo prefería me dijeran Linares, Pacheco o Kindelan. Pero entonces, comencé a ver los juegos cada vez que él jugaba, para ver en que nos parecíamos. Y así conocí a este tremendo jonronero.
Dicen que su muerte, en la noche de ayer domingo, fue a causa de un paro cardiaco. Caramba el mal de los gorditos. Me tengo que cuidar. Romelio solo tenía 52 años.
Deja detrás, un legado inolvidable con sus 370 jonrones en tan solo 13 Series Nacionales (empatado en el 4to lugar de todos los tiempos en el béisbol cubano con Antonio Muñoz). No solo eso, sino que se lleva consigo la mejor frecuencia de bambinazos por turnos al bate con 12,84.
Romelio, se mantuvo en lo que amaba que era ‘’La Pelota’’. Incluso fue director del equipo Mayabeque en la 55 Serie Nacional.
Le toco partir al ‘’gordito’’ de Bejucal. Parece que lo necesitaban en el equipo ese que nadie quiere jugar o verlo desde las gradas, pero que sin dudas está plagado de estrellas y que algún día, todos los que amemos el béisbol vamos a ver o ser partícipes del mismo.
Que descanse en paz, Romelio Martinez. En nombre de Con las Bases Llenas y mío, le envió el más sentido pésame y mis oraciones a su familia, amigos y a los fans que lo admiraban y seguían como yo. Que Dios te de un bate ‘’gordito’’ que tú te encargas de sacarla de jonrón.