Padre e hijo ganan la batalla por la histórica bola del grand slam de Freddie Freeman

Un emocionante giro del destino llevó a un dúo de padre e hijo a obtener una de las piezas más icónicas de la historia del béisbol: la bola del único walk-off grand slam en la historia de la Serie Mundial, conectada por Freddie Freeman en el Juego 1 de la edición de 2024. Esta joya terminó siendo un gran premio cuando se vendió por $1.56 millones en la subasta December Dynasty Auction de SCP Auctions el pasado fin de semana.

El precio alcanzado superó los $1.5 millones que se pagaron por la bola del 62º cuadrangular de Aaron Judge en diciembre de 2022, aunque no logró romper el récord absoluto de $3 millones establecido por la bola del 70º jonrón de Mark McGwire en 1998.

El emocionante momento en Dodger Stadium

Antes de que la bola encontrara su camino hacia la casa de subastas, cayó al suelo entre una multitud de fanáticos en los asientos del jardín derecho del Dodger Stadium. En medio del caos, Zach Ruderman, un niño de 10 años, tuvo una ventaja clave. “Fue increíble”, recordó Zach en una entrevista para MLB Network. “Estaba rodando por el suelo, la vi y la empujé hacia mi papá. Él la recogió y me la entregó. Fue, sin duda, el mejor momento de mi vida”.

La escena, lejos de ser un enfrentamiento caótico, fue una celebración colectiva entre los presentes. “Todos estaban felices, saltando y celebrando”, compartió Nico, el padre de Zach. “Todos querían tomarse una foto con Zach. Era un ambiente alegre ahí en el jardín derecho”.

El giro sorpresa del destino

La historia detrás de cómo Zach y su padre terminaron en ese asiento hace que todo sea aún más especial. Ese mismo día, Zach tenía programada una cita para quitarse los frenos dentales. Cuando su padre lo recogió temprano de la escuela, él asumió que se dirigían al ortodoncista. Sin embargo, Nico tenía otros planes.

“En lugar de ir al ortodoncista, le sorprendimos con boletos para la Serie Mundial”, explicó Nico. “El ortodoncista no estaba muy contento con la cancelación, pero valió la pena al final”.

La familia Ruderman, fanáticos apasionados de los Dodgers, estaba ahí para presenciar un momento histórico. Freddie Freeman, con la serie empatada y las bases llenas en la novena entrada, conectó un jonrón que aseguró la victoria para los Dodgers y marcó su lugar en los libros de historia del béisbol.

De la euforia a la subasta millonaria

La bola que Zach atrapó junto a su padre rápidamente se convirtió en un objeto de deseo para coleccionistas de todo el mundo. La subasta fue un duelo feroz entre postores, con la cifra final alcanzando $1.56 millones. Para Zach y Nico, la decisión de subastarla fue difícil pero acertada.

“Fue un momento mágico para nosotros, pero sabíamos que esta bola tenía un valor único para la historia del deporte”, comentó Nico. “Además, queríamos que sirviera para asegurar el futuro de Zach”.

El dinero obtenido será utilizado para la educación de Zach y otros proyectos familiares, pero el recuerdo de ese día en Dodger Stadium quedará para siempre grabado en sus corazones.

Un legado en la historia del béisbol

El walk-off grand slam de Freddie Freeman será recordado no solo por su importancia en el juego, sino también por la increíble historia que lo rodea. Para Zach y Nico, representa una experiencia inolvidable que comenzó como una sorpresa y terminó como una de las aventuras más emocionantes de sus vidas.

“Ese día no solo vimos historia; la vivimos”, concluyó Nico. “Y eso no tiene precio”.

Gracias a fanáticos como los Ruderman y a la pasión por el béisbol que une generaciones, los momentos más grandes del deporte encuentran un lugar especial tanto en los libros de récords como en los corazones de quienes los presencian.