El pasado 8 de agosto, Anthony Rizzo celebró su 35º cumpleaños de una manera poco convencional. En lugar de organizar una fiesta tradicional, el primera base de los Yankees se encontró en el corazón de Rockefeller Center, en la icónica tienda de juguetes FAO Schwarz. Sin embargo, el evento no giraba en torno a su cumpleaños, sino a los 65 niños presentes, todos ellos pacientes de cáncer pediátrico, y sus familias, quienes fueron invitados a disfrutar de un día lleno de sorpresas y diversión.
El momento más emotivo de la mañana ocurrió cuando, para sorpresa de Rizzo, los niños le cantaron «Feliz cumpleaños». Este gesto inesperado añadió un toque conmovedor a una jornada que ya era inolvidable. «Me encanta ver todas las sonrisas en las caras de las familias, poder reunirnos de esta manera», dijo Rizzo, sonriendo de oreja a oreja. «Ojalá hubiera podido hacer algo así cuando era niño».
Anthony Rizzo es sobreviviente de cáncer:
La conexión de Rizzo con el cáncer pediátrico es muy personal. El jugador es sobreviviente de linfoma de Hodgkin, un diagnóstico que recibió cuando era un prospecto adolescente en el sistema de ligas menores de los Medias Rojas de Boston.
Esa batalla contra el cáncer, que superó antes de debutar en las Grandes Ligas en 2011, ha sido el motor que impulsa su pasión por ayudar a las familias que enfrentan la misma enfermedad. Desde su fundación en 2012, la Anthony Rizzo Family Foundation ha recaudado millones de dólares para apoyar a niños y familias, ayudándolos a sobrellevar las dificultades financieras y emocionales que el cáncer conlleva.
«El objetivo es que una familia nunca tenga que decidir entre pagar sus cuentas o pagar el tratamiento médico de su hijo para salvarle la vida», explicó Rizzo. «Tratamos de ayudarles económicamente en todo lo posible, para que no tengan que tomar esas decisiones tan difíciles. Ya están pasando por momentos suficientemente duros».
Anthony Rizzo y su fundación siguen ayudando:
Este año marcó la tercera ocasión en que la fundación de Rizzo realizó un evento en FAO Schwarz, y fue todo un éxito. Las familias disfrutaron de un desayuno y cada una fue sorprendida con un vale de $1,000 para gastar en la tienda. Además, los niños pudieron disfrutar de experiencias personalizadas, como pintar caras, arte con globos y shows de magia. Rizzo también organizó una carrera de dulces, donde los pequeños tuvieron tres minutos para agarrar todos los caramelos que pudieran.
A lo largo del día, Rizzo compartió con cada familia su historia de superación del cáncer, ofreciendo palabras de aliento. «El béisbol es la parte fácil, la vida es lo difícil», reflexionó Rizzo. «La vida te lanza diferentes curvas todo el tiempo. Hay que intentar disfrutar y compartir un mensaje positivo porque nunca sabes por lo que está pasando alguien en su vida».
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