El tercera base de los Bravos de Atlanta, Austin Riley, sigue desempeñando un papel crucial en el equipo, incluso fuera del campo, tras su lesión sufrida el pasado 18 de agosto.
Aunque no podrá participar en la postemporada debido a una fractura en la mano izquierda provocada por un lanzamiento de 97 millas del lanzador Jack Kochanowicz, Riley ha asumido un rol de líder en el vestuario, ofreciendo apoyo y guía a sus compañeros de equipo.
Su experiencia y presencia siguen siendo fundamentales para los Bravos mientras se preparan para la batalla de los playoffs.
El Impacto de Riley en la Temporada Regular
Antes de su lesión, Riley estaba teniendo otra sólida temporada. En 110 juegos, acumuló 109 hits, 19 jonrones, 63 carreras anotadas y 56 remolcadas, con un porcentaje de embasado de .322, un slugging de .461 y un OPS de .783. Su OPS+ de 115 reflejaba su impacto ofensivo constante. Además, había conectado 30 o más jonrones en las tres temporadas anteriores, incluyendo los 39 que disparó en 2022. Estos números son un testimonio de su valor para los Bravos y su importancia en el corazón de la alineación.
En cuanto a logros de carrera, Riley ha jugado en 719 partidos, acumulando 153 jonrones, 429 carreras remolcadas, 426 anotadas, y 148 dobles, con un promedio de bateo de .272 y un impresionante slugging de .502. Con dos apariciones en el Juego de Estrellas en 2022 y 2023, y Bate de Plata en 2021 y 2023, su trayectoria habla por sí misma.
El Papel de Austin Riley Como Líder
En una entrevista reciente, Riley comentó sobre su papel como líder en el equipo, asegurando que, aunque no puede estar en el campo, sigue comprometido con el éxito del equipo desde el banquillo. “Estoy haciendo todo lo que puedo sin estar en el campo”, comentó Riley, subrayando su deseo de seguir siendo una influencia positiva para sus compañeros. Su apoyo a los jugadores más jóvenes y su capacidad para mantener al equipo enfocado, especialmente en momentos de alta presión, son fundamentales en esta etapa crucial de la temporada.
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Aunque los Bravos extrañarán su bate y su guante, la presencia de Riley sigue siendo una parte integral del equipo. Su liderazgo desde el banquillo es clave en la preparación de los jugadores para los desafíos que enfrentan en la postemporada, demostrando que, incluso fuera del terreno de juego, sigue siendo un pilar fundamental en el éxito del equipo.
